¿Has escuchado hablar sobre los padres helicóptero? Aquí la psicopedagoga Montserrat Sepúlveda nos explica más sobre esta denominación.
“Padres helicóptero”
Es una nueva tendencia que se está produciendo, son padres hiper preocupados por sus niños, un tanto obsesivos con la crianza de sus hijos, padres que no dejan crecer ya que están tan encima de ellos evitando que se caigan, ensucien, aprendan, equivoquen, se aburran, frustren, en donde no está permitido fallar, pues “hay que ser bueno en todo”, padres tan apoyadores, tan mateos (desde que se enteran de que llegará un nuevo miembro a la familia, se ponen a leer sobre crianza sin llegar a “acuerdos” y lograr adaptar lo mejor a su estilo de vida o crianza”).
¿Qué sucedería si como adultos escucháramos todo el día frases como “ten cuidado”, “eso no está bien”, “hazlo de esta manera”, “no se te ocurra”? Que incluso vengan y hagan nuestro trabajo ya que no lo hacemos tan bien o tan rápido…
Aburrirse, equivocarse, llorar, frustrarse, comprender que no pueden ni deben ser buenos en todo, aprender de errores, tener desde pequeños incentivos y no castigos, límites y no amenazas, conocer sus habilidades de las cuales en el futuro serán parte de su carrera o vida profesional.
Eso y mucho más es lo que a un niño le entrega seguridad, autoconocimiento de sí mismo, de lo que puede y no y si todo este auto descubrimiento es acompañado y “guiado” por sus padres, les aseguro que habrían niños más seguros, con una adecuada tolerancia a la frustración, creativos, más alegres, con mayor y adecuado apego. En fin, nuestra misión como padres responsables y formadores de esas personitas sería realmente una experiencia satisfactoria, no fácil, nadie dijo que criar es fácil, pues fácil es dar todo en bandeja, dejarlos hiperconectados, ayudarles en las tareas para terminar rapidito, comprarle lo que pide para evitar el berrinche, entre otros.
¿Algún padre o madre helicóptero por ahí? Nunca es tarde para replantearnos como padres y corregir nuestros errores, finalmente ser padres por opción o no es una GRAN responsabilidad. ¡La más importante!
Crédito: Paty Ibáñez, de Estudio Marigen.