Nuestro cuerpo cambia a medida que envejecemos, y las transformaciones físicas que experimentamos influyen también en la sexualidad. Por ello, te presentamos una lista con consejos fácilmente aplicables, elaborada por la Escuela de Medicina de Harvard, que si bien están pensados para parejas maduras, en realidad son útiles para todas las edades. En BBC Mundo nos cuentan más.
1.-Infórmate: Hay mucho material de autoayuda válido disponible sobre los problemas sexuales. Busca lo que es más adecuado para ti. Por qué solemos pensar que los demás tienen una vida sexual más activa que la nuestra (y cuál es la media)
- Date tiempo: A medida que envejecemos, los reflejos sexuales se ralentizan. Así, se suele necesitar más tiempo para llegar al orgasmo, y por eso es más fácil lograrlo en un entorno tranquilo, cómodo y sin interrupciones. Invertir más tiempo en hacer el amor nos puede llevar a experiencias sexuales nuevas.
- Lubrícate: Los geles lubricantes pueden ser útiles para combatir la sequedad vaginal. Es habitual que la transición a la menopausia vaya acompañada de sequedad vaginal, que se puede subsanar con geles lubricantes. Son útiles para evitar relaciones sexuales dolorosas, que suelen derivar en problemas de libido y tensiones en la pareja.
- Sé afectuoso: Aunque los problemas en la cama te preocupen y estés tenso, besarse y abrazarse es esencial para mantener los vínculos emocionales y físicos. Besarse es importante a la hora de mantener los vínculos emocionales y físicos
- Practica el contacto: Muchos terapeutas aconsejan técnicas de enfoque sensorial para recuperar la intimidad física sin sentirse presionado. Se trata de tocarse el uno al otro mientras cada uno se concentra en sus percepciones y su sensualidad.
- Prueba diferentes posturas sexuales: Ampliar el repertorio de posturas, además de hacer que el sexo sea más interesante, puede ayudar a superar ciertos problemas. Ciertas posiciones facilitan que la mujer llegue al orgasmo.
- Escribe tus fantasías: Se trata de explorar prácticas que crees que serán excitantes para ti o tu pareja. Por ejemplo, piensa en situaciones que te resultan excitantes y explícaselas. Este ejercicio es especialmente útil para parejas con poco deseo sexual.
Y lo más importante. ¡No te rindas! Si a pesar de haberlo intentado la situación no mejora, no te desesperes. Recurre a tu médico para que te ayude o te ponga en contacto con un terapeuta sexual que identifique lo que te priva de tener una vida sexual satisfactoria.
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