Cerca del 10% de la población presenta algún tipo de desequilibrio relacionado con los dientes y el rostro. Las malformaciones más comunes son la Clase II, que en términos simples se refiere a las personas que tienen la mandíbula más atrás y su maxilar más adelante. Popularmente se les conoce también como “caritas de pájaro”. La otra afección se denomina Clase III, son aquellas personas que poseen la mandíbula más adelante y su maxilar está más atrás, se les conoce como “papiches”.
Un tema que el doctor Cristián Venables, cirujano maxilofacial de Clínica Oral y Facial http://www.oralyfacial.cl conoce de cerca. Hasta su consulta llegan frecuentemente personas que quieren modificar esta condición para lograr la mordida perfecta. No sólo se trata de un tema estético, sino que también funcional.
Un cambio no sólo estético
Natalia Campos, 21 años, trabaja en tienda de retail.
“La cirugía me cambió la vida”, “he vuelto a sonreír”, son algunas de las frases que suele decir Natalia tras este giro en su vida. Ella era conocida como “papiche” pues poseía la mandíbula más adelante y su maxilar más atrás.
Desde pequeña sufrió bullying en su colegio por esta condición, los compañeros la molestaban y era una situación muy compleja. A raíz de una clienta a la que le vendía un perfume en una tienda de retail, Natalia supo del doctor Venables y no dudó en contactarlo. Fue así como en enero se operó y ella cuenta que cambió su vida.
“Después del mes me puse a trabajar y a retomar mi vida normal, fue un cambio impresionante que no sólo tiene que ver con el aspecto físico, pues toda mi vida había comido de una manera, a veces me causaban dolor ciertos alimentos, me costaba dormir, tragaba mal, respiraba mal, y ahora realmente estoy aprendiendo a comer, a vivir de una manera más feliz, porque no solo es un cambio estético, sino también funcional”.
“Volví a nacer”
Sylvia Mella, 60 años.
A los 57 años recurrió al doctor Venables para que corrigiera su mandíbula y maxilar, ella tenía la afección Clase III esqueletal. Sylvia siempre había tenido problemas en la dentadura, solía decir que tenía todas sus piezas con minifalda, porque se le subían las encías, lo que le ocasionaba mucho dolor al consumir alimentos muy fríos y muy calientes.
Pero además, Sylvia tenía la mordida al revés, y esto acarreaba problemas funcionales como que no podía comer alcachofas ni choclo, tampoco podía cortar la carne, la fruta ni pensarlo, morder una manzana jamás. Además refería dolor en la articulación maxilar y de oído, entre otras molestias.
Sus motivaciones claramente iban más allá de lo físico. “El tema estético no era la prioridad, sino que mejorar mi calidad de vida. Sentí que después de una vida de preocuparme por sacar adelante a mis hijos, ahora era mi turno de darme un regaloneo, empezar a preocuparme de mí, de disfrutar”, señala Sylvia.
En noviembre de 2012 se le realizó la cirugía ortognática, y ahí comenzó su cambio de vida. Además de enderezar su mandíbula, le corrigieron la nariz. Hecho que tiene a la paciente más que contenta. Ahora sólo espera con ansias que llegue el mes de agosto pues ahí le sacaran los braquets y será la culminación de un proceso que la transformó por dentro y por fuera.
UN CAMBIO REAL Y ARMONICO
El doctor cuenta que a sus pacientes les cambia radicalmente la vida cuando enfrentan esta operación. No sólo se sienten mejor físicamente, sino que también en términos psicológicos. Les cambia la vida, son más optimistas, más seguros de sí mismos y enfrentan las situaciones cotidianas de un modo distinto.
En niños y adolescentes, tener malformaciones en la mandíbula es aún más complejo. Muchos niños son víctimas de bullying en sus colegios, prefieren esconderse, ocultan parte de su rostro con el cabello.