A mi papito lo volvería a elegir mil veces. Si pienso en mi infancia veo a un hombre fuerte, grande, con voz ronca, con muchas ideas revolucionarias, a un hombre capaz de sacar un motor de auto y pintarnos sutilmente con acuarela a la vez. Un padre cariñoso, siempre preocupado por mostrarnos que nada es gratis en la vida, que hay que intentarlo una y otra vez.
Un hombre que me enseña día a día que la esencia del ser humano se demuestra con humildad, que debemos dejar huella en la vida, que nuestra misión es con el prójimo. A mi papito Juan Farías lo volvería a elegir mil veces.