El sistema inmune es el responsable de defender nuestro cuerpo de enfermedades y para su correcto funcionamiento una buena nutrición es fundamental. “Cuando nos detenemos a pensar en todo lo que hace este sistema por nuestro organismo es fácil darse cuenta porque lo necesitamos tanto”, afirma la norteamericana Susan Bowerman, asesora nutricional de Herbalife.
Las bajas temperaturas y las enfermedades van de la mano. La especialista explica que esto sucede pues cuando hace frío pasamos más tiempo en lugares cerrados, con poca circulación de aire y en contacto prolongado con personas, por lo que nos exponemos más a gérmenes. Esto no quiere decir que el sistema inmune no esté alerta todo el año, aclara Bowerman, quien lo compara con un “pequeño ejército que protege al cuerpo al identificar cualquier cosa extraña -virus, bacterias o parásitos-, los encuentra y destruye”. A continuación la especialista en nutrición nos explica qué características debe tener la alimentación de una persona que desee mejorar su sistema inmune. “Tu organismo depende de los nutrientes apropiados y un estilo de vida saludable para tener las defensas altas”.
Proteínas: El sistema inmune cuenta con células blancas las que actúan como “fuerzas especiales” que producen proteínas especializadas –anticuerpos- que buscan y destruyen los virus y bacterias. Los anticuerpos son proteínas, por lo que se necesita que la dieta tenga las cantidades adecuadas de este elemento para producirlas. Algunas buenas fuentes de éstas son el pescado, aves, carnes magras, productos en base de soya y lácteos bajos en grasas.
Frutas y verduras: Son elementos claves en la salud del sistema inmune ya que proveen al organismo de vitamina A –apoya el bienestar de la piel y de los tejidos del tracto respiratorio y digestivo, que son la primera línea de defensa- y vitamina C –promueve la producción de anticuerpos-, y también tienen fitonutrientes –actúan como antioxidantes-.
Lácteos: Mantener el sistema digestivo en buen estado es importante para promover la función inmune. Este sistema contiene trillones de bacterias que tienen numerosas funciones en la promoción de la salud. Algunos tipos ayudan a digerir fibras, consumen el gas intestinal, producen vitaminas como la K y B12. También cuando el organismo está poblado por estas bacterias “buenas” desplazan a las potencialmente peligrosas que buscan entrar al tracto digestivo. Algunas de las mejores fuentes de las “bacterias amigables” son los productos lácteos cultivados, como el yogurt normal o el de pajaritos. Antes de probar cualquier cosa o alimento nuevo recuerda preguntarle a tu médico sobre la cantidad que debes consumir.
Es importante destacar que algunas personas sufren condiciones de salud que afectan sus defensas, donde obtener una dieta adecuada no mejorará su función. Sin embargo, para personas saludables el comer bien puede ayudar a que el sistema inmune se mantenga sano y fuerte.