Pese a lo intensa de su jornada laboral, Carla se las ingenia para disfrutar las tardes junto a su adorado hijo, Facundo, de 3 años. Bella, versátil, opinante. Así es la destacada periodista de TVN y Canal 24 Horas, que cada mañana nos despierta e informa.
Una madre todo terreno, que según cuenta puede compatibilizar sus múltiples labores con su rol de madre. “Soy demasiado consciente de que entre los 0 y 5 años se juega gran parte del desarrollo de las personas, entonces trato de estimularlo al máximo. A veces estoy lona, pero me obligo a hacer cosas con él. Cocinamos galletas, jugamos con plasticina, jugamos fútbol”.
Cuéntanos más sobre Facundo ¿cuántos años tiene? ¿En qué está?
-Acaba de cumplir 3. Una edad difícil porque está cada vez más opinante y defensor de su autonomía. Ya no es una guagua. Es impresionante lo rápido que crecen.
¿Cómo logras compatibilizar tu rol de madre y exitosa profesional?
-Tengo la suerte de tener un muy buen horario que me permite estar por las tardes con mi “Facu”. Si bien a veces estoy con más carga laboral, siempre privilegio el no perderme su desarrollo y estar lo más posible con él. Soy demasiado consciente de que entre los 0 y 5 años se juega gran parte del desarrollo de las personas, entonces trato de estimularlo al máximo. A veces estoy lona, pero me obligo a hacer cosas con él. Cocinamos galletas, jugamos con plasticina, jugamos fútbol. Tengo un combate personal para alejarlo un poco del ipad y las pantallas, no hasta el punto de prohibirlas, pero sí que queden reducidas al mínimo y trato de motivarlo mucho más a hacer otro tipo de cosas más interactivas. ¡Que se mueva!
¿Hay momentos en que te sientes agobiada por no poder estar todo el tiempo que quisieras con “Facu”?
-Sí, a veces. Creo que a todas las mamás nos pasa. Es la culpa probablemente, pero en mi caso es mi intensidad como mamá y mi conciencia demasiado persistente de que el tiempo vuela. El segundo día después de que “Facu” nació, yo ya le decía a mi marido «¿Te das cuenta de que no va a tener 1 día nunca más? Ya se nos fue 1 día». Esa conciencia, ese paso del tiempo que siento a diario, me hace querer no perderme nada de su crecimiento. Es complicado, obvio, porque contrasta con la realidad y si me toca alejarme por un día sufro. Salgo de mi casa llorando, pero cada uno sabe cuánto puede ceder o transar. Si yo tuviera un trabajo de 9 a 21 horas como cuando recién partí, simplemente me busco otra pega, busco un emprendimiento, vendo lo que sea, pero no estoy dispuesta a transar el privilegio de ser mamá. Preferiría ganar menos pero ver y estar más junto a él. Cada día veo más mamás que lo hacen y se arriesgan. Y las aplaudo.
Un hermanito para “Facu”
La periodista está casada con su colega, el comunicador Claudio Fariña. Juntos han sabido sortear múltiples dificultades, como cuando a éste le descubrieron un tumor de seis centímetros en uno de sus riñones, que fue extirpado. Hoy la pareja de comunicadores vive un presente auspicioso y según cuenta Carla, están pensando en agrandar la familia.
¿Piensan tener otro hijo?
-Sí, quiero, queremos. Me encantaría un hermanito para “Facu”, pero estoy cautelosa porque tuvimos una pérdida y fue bien duro. Veremos qué nos tiene deparado Dios y el destino. Ojalá sea hacer crecer a la familia.
¿Ves la vida de otro modo tras el complejo episodio que vivió Claudio por su tumor renal?
-Creo que no. Es que siempre he sido tan consciente de la muerte que ese ejercicio lo hago a diario, en realidad. Siempre pienso las cosas desde la lógica de que me voy a morir. No creo que muera joven, al revés, me imagino viviendo mucho tiempo, pero cuando esté en el lecho voy a mirar atrás y va a haber cosas que importan y otras que serán absolutamente irrelevantes. Así evalúo mis decisiones y creo que es la forma de no marearse: ¿Qué será importante cuando revise mi vida, haber trabajado en TVN, haber sido seudo conocida o haber criado a una buena persona? ¿Me recordarán por mi trabajo o los únicos que se acordarán de mi será mi familia y mi legado en ellos? ¿Habré acumulado mucha riqueza y patrimonio o habré ganado menos a costa de tener más tiempo para mí y mi familia? Hay que saber distinguir lo importante de lo esencial y cuando eres consciente de tu finitud, ese camino se hace mucho más simple y claro.